Emilio Borrego Ferrer es el pintor de la verdad y la sinceridad

"Emilio Borrego Ferrer es el pintor de la verdad y la sinceridad de las cosas y de la vida. No intenta retocar nada. Sus concesiones a la fantasía son mínimas. Sus cuadros están llenos de austeridad, de sobriedad, informados por una serena y tranquila luminosidad.

Yo me quedo con sus apuntes, sus esbozos inconcretos; esos trazos de mano maestra que ilustran publicaciones de su pueblo y que nos dan la medida y gran calidad de su vena artística"

Ya he dicho en otra ocasión que Emilio Borrego es el pintor de la verdad y la sinceridad de las cosas y de la vida. Hoy tengo que añadir, que es el pintor de la serenidad frente al paisaje. Sus cuadros carecen de estridencias de color y de formas. Pinta al dictado de la creación. Y ya sabemos por Chesterton que la creación no tiene una sola errata.

El Milagro Limpio De Una Marina Viva

"Desde la ventana de la casa de Emilio se ve el río Guadiana. La abre de par en par y el milagro limpio de una marina viva se le mete en sus estudio junto con la luz. Ya ha pintado en varias ocasiones el panorama, tranquilo sin moverse de casa, oyendo a la mujer que faena en la cocina. Paisaje a domicilio. Es lo mejor que tiene Ayamonte para los pintores, que no hay que echarse el lienzo al hombro y salir en busca del motivo, porque la ciudad es motivo desde cualquier sitio".

Que decir de esa paleta de Emilio!

" Y los colores...!que decir de esa paleta de Emilio!. El que esto suscribe no puede darles una lección de pintura, pero si puede decir que la distribución de los mismo a recreado, perfectamente, esa atmosfera que todos vemos y sentimos cuando llega el día de la ofrenda a la Patrona. La pintura evocadora de sentimientos, de vivencias, de recuerdos.

Raptor de la luz y el color de su tierra

" Emilio, este Emilio raptor de la luz y el color de su tierra, encaja perfectamente en ese ascenso musical al que nos referíamos. Su evolución es de todos conocida. Sus marinas, hoy, no pueden ser mejor tratadas. Que yo me confiese enamorado de sus barcos, de sus serenas y límpidas aguas, del dulce sosiego que desprenden todos sus lienzos".